La Voluntaria de la ONU Esraa Mohammed en el centro de refugiados de El Cairo, Egipto. (Programa VNU, 2015)

Inspirar el cambio

Yo era una muchacha corriente que estudiaba ciencias políticas y estadística. No podía imaginar que mi participación como voluntaria iba a ayudarme a definir quién soy. En abril de 2015 tuve la oportunidad de empezar una asignación con ACNUR en calidad de Voluntaria de las Naciones Unidas nacional. La tarea que prefería con diferencia era la de entrevistar a los adolescentes refugiados que querían seguir estudiando. Es imposible describir el entusiasmo de los jóvenes solicitantes y sus ganas de completar la educación superior.

El Cairo, Egipto: Yo era una muchacha corriente que estudiaba ciencias políticas y estadística; no podía imaginar que mi participación como voluntaria iba a ayudarme a definir quién soy.

Cuando era estudiante me ofrecí como voluntaria para trabajar en el comité del PNUD que formaba parte del Modelo de las Naciones Unidas de mi universidad. Más tarde surgió la gran oportunidad: empecé a trabajar como auxiliar docente para el ACNUR. 

Al principio prestaba apoyo a los refugiados sirios en el marco de un proyecto del ACNUR puesto en marcha por la Catholic Relief Services (CSR). Hablaba con ellos y escuchaba sus historias de cómo habían huido de la guerra en Siria y habían llegado a Egipto. Actualmente las ciudades costeras del norte de Egipto, Alejandría y Damietta, acogen a la mayoría de los refugiados sirios. Rodeada de tantas personas desarraigadas, empecé a entender los horrores de la guerra, sus efectos y el desarraigo que provoca. 

A partir de entonces hice cuanto estuvo en mi mano para colaborar con la unidad de educación del ACNUR y, en abril de 2015, tuve la oportunidad de trabajar con este organismo en calidad de Voluntaria de las Naciones Unidas nacional.

Mi labor consistía en determinar si los refugiados cumplían los requisitos necesarios para recibir becas de educación. Me reunía con los refugiados y los entrevistaba, y ellos me contaban sus intereses y sus problemas en el ámbito de la educación. Al mismo tiempo, promovía ante las instancias gubernamentales la necesidad de que los refugiados tuvieran acceso a la educación. Además de examinar los casos de refugiados que podían recibir becas de educación, logré que el Gobierno alemán otorgara una beca DAFI que sería administrada por el ACNUR. 

El propósito de la beca DAFI era ayudar a los adolescentes refugiados a completar su educación. Entre las tareas que me habían encomendado tenía que ocuparme de las labores administrativas correspondientes al grupo de candidatos, mantener la base de datos y finalizar el proceso de selección. La tarea que prefería con diferencia era la de entrevistar a los adolescentes seleccionados. Es imposible describir el entusiasmo de los jóvenes solicitantes y sus ganas de completar la educación superior. 

Entre todas las personas que conocí nunca olvidaré a un muchacho. 

Era más joven que yo y había abandonado los estudios porque estaba enfermo de cáncer desde hacía tres años. Pero resistió con entereza, nunca flaqueó y sobrevivió a la enfermedad. Una vez recuperado regresó a la escuela. Por esa misma época yo publiqué una beca que el Gobierno alemán otorgaba para que los refugiados sirios pudieran estudiar en universidades egipcias. Era una beca financiada íntegramente que incluía los gastos de tutorías y de internado. Yo era responsable de recibir y preseleccionar las candidaturas, entrevistar a los solicitantes y seleccionar al candidato final.

Todavía lo oigo saltar de alegría cuando recibió mi llamada aquel día. Había sido seleccionado para la beca. Era como si le hubieran dado una nueva vida, una segunda oportunidad de prosperar. Se matriculó en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Alejandría. 

Después de un tiempo sin saber de él me lo encontré ayer. Era otro hombre y yo sentí una felicidad inmensa al verlo tan feliz.

Yo participé en su triunfo y mi satisfacción es inconmensurable. ¡Soy Esraa y he inspirado un cambio estimulante!


Traducción del inglés por la Voluntaria en línea de las Naciones Unidas Luisa Merchán.