Empoderar a los jóvenes como agentes de cambio

En las provincias de Chimborazo y Bolívar, los índices de embarazo en adolescentes y de muerte materna son superiores a la media del país. La capacitación de jóvenes y adolescentes como promotores en salud sexual y reproductiva permite que sean ellos mismos los encargados de hacer la réplica en sus respectivas comunidades y colegios.

En las provincias de Chimborazo y Bolívar, los índices de embarazo en adolescentes y de muerte materna son superiores a la media del país. Esta es la razón por la que en Riobamba se encuentra una de las Unidades de Asistencia Técnica (UAT) del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), agencia bajo cuya supervisión desarrollo mi labor como voluntario universitario del programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU). El principal propósito del UNFPA es la reducción de la mortalidad materna, en consonancia con el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) número cinco que persigue el acceso universal a la salud reproductiva y la reducción de la mortalidad materna. Junto a esta labor, el UNFPA trabaja para lograr una mayor equidad de género, con especial visión intercultural, en la que cada persona pueda lograr sus anhelos y sus sueños, ya que como marca uno de los lemas de la organización, “Cada persona es importante”. Yo soy responsable del tema jóvenes, por lo que mi trabajo consiste fundamentalmente en la coordinación de actividades, capacitaciones, campañas de sensibilización y publicidad, y todas aquellas acciones que tengan como destinatarios a los jóvenes, en todos aquellos aspectos relacionados con la salud sexual y reproductiva, con atención especial en la prevención de embarazos en adolescentes y la capacitación en VIH/SIDA. Uno de los proyectos más ambiciosos que estamos desarrollando en la actualidad consiste en la capacitación de jóvenes y adolescentes, tanto del ámbito rural como urbano, como promotores en salud sexual y reproductiva, de tal forma que sean ellos mismos los encargados de hacer la réplica en sus respectivas comunidades y colegios, siguiendo la metodología de “Aprendizaje entre pares”. Comenzamos esta experiencia con un grupo de 140 alumnas de uno de los colegios más representativos de la ciudad, y con el apoyo del Ministerio de Salud y el Ministerio de Educación hemos conseguido ir ampliando la capacitación, de tal forma que se están incorporando nuevos centros educativos que ven en la educación sexual una oportunidad para que sus jóvenes continúen formándose y madurando con responsabilidad. Uno de los principales retos a los que nos enfrentamos para el año 2011 consiste en ir incorporando nuevos centros educativos y, por encima de todo, jóvenes no escolarizados, que por sus características específicas no asisten a una educación reglada. Se trata de jóvenes que viven en comunidades dispersas, que deben ayudar a sus familias en las tareas del campo y no pueden asistir de manera regular a un centro educativo. Supone un reto enorme poder llegar a estas comunidades, puesto que existen condicionantes culturales, sociales, geográficos y temporales que dificultan en gran medida el trabajo con estos muchachos. Es por ello que consideramos fundamental el trabajo con jóvenes como vehículo de comunicación, puesto que son ellos los que mejor conocen su realidad, sus anhelos, sus sueños o sus dificultades. La formación de jóvenes cumple un doble objetivo: la capacitación extensa y pormenorizada de los facilitadores, y que estos mismos jóvenes extiendan el mensaje y contribuyan a establecer pautas saludables entre sus propios compañeros. Además buscamos un mayor empoderamiento de la juventud, que sean responsables del cambio con su esfuerzo y dedicación, y que sean capaces de hacer llegar sus propuestas a las autoridades pertinentes. Estas actividades se enmarcan dentro de la campaña “Ya es hora de hablar de sexualidad”, con la que se pretende normalizar el debate en torno a los aspectos asociados a la sexualidad, asunto que hasta el momento no ha disfrutado de la difusión necesaria. En esta misma campaña, y con la vista puesta en el año 2011, vamos a desarrollar, en las dos universidades de la ciudad, un programa de atención integral en salud sexual y reproductiva. El proyecto persigue fomentar el voluntariado entre estudiantes y profesores, al tiempo que se ofrece una atención especializada en temas relacionados con la sexualidad, como prevención del VIH, información sobre métodos anticonceptivos y formación en género, entre otros. En mi labor como voluntario del programa VNU ocupa también un lugar destacado la promoción del voluntariado entre los jóvenes, por lo que nos coordinamos con líderes juveniles y asociaciones de estudiantes para, en base a sus demandas, ofrecer alternativas de ocio entre las que destacan el teatro, los malabares o la pintura mural. En mis primeros meses en Ecuador he podido disfrutar al máximo de mi labor como voluntario universitario del programa VNU, en especial en su vertiente humana. El contacto directo con las personas, conocer sus realidades, compartir sus dificultades, celebrar sus logros y buscar soluciones de forma conjunta hacen que cada día sea un momento inolvidable, una nueva oportunidad para continuar creciendo juntos.

Riobamba, Ecuador