Antti Impinen (delante, centro) en un debate con otros Voluntarios de las Naciones Unidas durante la celebración del Día Internacional de los Voluntarios en Astana, Kazajstán. (Foto: programa VNU, 2011)

Lucha contra los desafíos de la droga gracias a los números

Durante el primer año de mi asignación en Kazajstán me surgieron unas cuantas dudas con las que llegué a familiarizarme. Una de ellas fue el por qué elegí venir a Kazajstán. Como estadístico, debo decir que podría llamarse una cadena de acontecimientos imprevisibles. Desde un punto de vista romántico o determinista, lo que sucedió fue que Kazajstán me eligió a mí.

Astana, Kazajstán: Durante el primer año de mi asignación en Kazajstán me surgieron unas cuantas dudas con las que llegué a familiarizarme. Una de ellas fue el por qué elegí venir a Kazajstán. Como estadístico, debo decir que podría llamarse una cadena de acontecimientos imprevisibles. Recibí el anuncio del puesto de voluntario una semana antes de que finalizara el plazo de presentación de solicitudes, cuando estaba a punto de finalizar mi tesis. Para mi sorpresa, casi todo lo requerido en los términos de referencia coincidía con mi perfil. Estaba abierto a cualquier oportunidad en cualquier lugar, pero esta asignación resultó ser en Kazajstán y yo estaba preparado para ir. Desde un punto de vista romántico o determinista, lo que sucedió fue que Kazajstán me eligió a mí.

Así como muchos voluntarios en Kazajstán tienen experiencia en medioambiente, pobreza, derechos humanos y ONG, mi experiencia era una extraña mezcla de estadísticas, salud pública y epidemiología e investigación. Sin embargo, esta era exactamente la combinación solicitada por el servicio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD). Rápidamente aprendí que Afganistán y los países limítrofes comparten los retos originados por la producción, tráfico y uso de la droga. Muchos países de la región trafican con la droga en otros mercados más lucrativos y este proceso va dejando una serie de desafíos por el camino en cada país. Para la salud pública, por ejemplo, esto significa un rastro de adicción, VIH, hepatitis C y tuberculosis en los usuarios, mientras que el tratamiento y los servicios no siempre están a su disposición.

Tengo que decir que este ha sido un año muy interesante tanto profesional como personal. Trabajar en la oficina ONUDD en Kazajstán y con el programa regional me ha permitido profundizar mis conocimientos sobre la situación del mercado de la droga y los retos que ello supone, así como también sobre el trabajo en una organización internacional y su mandato. Recopilar información sobre usuarios de droga con fines de investigación supuso para mí un reto y he aprendido mucho sobre cómo dirigir un estudio en tal situación.

Los usuarios de drogas suelen ser personas estigmatizadas y desatendidas a las que se dedican pocos recursos, y mucho del trabajo llevado a cabo en esta área ha sido realizado partiendo del voluntariado. Yo he tenido la suerte de recibir esta oportunidad como voluntario y de formar parte de un grupo entregado de personas que se esfuerzan en alcanzar soluciones. Creo que he sido capaz de ayudar a proporcionar información adicional en cuestiones asociadas al uso de las drogas en la región y a contribuir en el desarrollo del sistema de salud en lo que concierne a los problemas causados por el consumo de droga.

Si miro atrás a mi año, al principio todo era nerviosismo y preocupación debido al traslado a un nuevo país. Sin embargo, al regresar, aún me siento más emocionado al pensar en los numerosos lazos creados en el país que me acogió y en la gente que dejo atrás. Ha sido una experiencia enriquecedora que recomiendo a cualquiera que tenga la mente abierta hacia nuevas culturas y que desee marcar la diferencia. Para mí, aprender del trabajo de ONUDD Kazajstán, de la generosidad de su gente y de mí mismo, ha sido una oportunidad única y memorable como voluntario y recomiendo encarecidamente el voluntariado a todo aquel interesado en crear cambios positivos en la sociedad y en uno mismo.

Bio: Antti Impinen fue Voluntario de las Naciones Unidas internacional y sirvió como estadístico epidemiólogo en la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) en Astana, Kazajstán, desde octubre de 2011 a octubre de 2012. Ha trabajado durante cinco años como investigador del Instituto Nacional de Salud y Bienestar en Helsinki, Finlandia. Tiene un doctorado en Salud Pública por la Universidad de Helsinki y un Master en Estadística por la Universidad de Jyvaskyla.