La Voluntaria ONU Yvette con la chaqueta azul del ACNUR durante la verificación de las parcelas para desplazados internos en Kitshanga
La Voluntaria ONU Yvette con la chaqueta azul del ACNUR durante la verificación de las parcelas para desplazados internos en Kitshanga

Promoción de los derechos humanos de los refugiados en la República Democrática del Congo

En la República Democrática del Congo (RDC), el conflicto armado ha transformado la vida de miles de hombres, mujeres y niños. Los Voluntarios ONU trabajan cada día para intentar devolver la vida a los refugiados y desplazados internos, junto con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la RDC (MONUSCO), entre otros asociados de las Naciones Unidas.

La Convención de las Naciones Unidas sobre los Refugiados de 1951 y el Protocolo de 1967 establecen los derechos de los refugiados y sus responsabilidades ante los países de acogida, así como las obligaciones jurídicas de los Estados de proporcionarles protección. El tema del Día Mundial de los Refugiados de este año es el derecho a solicitar asilo. Los refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos o apátridas suelen dejar atrás todo lo que han conocido y están expuestos a abusos y persecuciones, así como a la explotación.

Yvette Ndaya es una Voluntaria ONU de 33 años, Asistente de Seguimiento y Evaluación de proyectos en la oficina del ACNUR en Goma. Ha respaldado el seguimiento y la evaluación de 24 proyectos en el ámbito de la protección de refugiados y solicitantes de asilo, desplazados internos, retornados y apátridas.

Yvette ha creado innovadores instrumentos de seguimiento y evaluación que permiten controlar las actividades mensuales sobre el terreno de todos los asociados en Kivu del Norte, Kivu del Sur y Maniema. En su día a día analiza y documenta la repercusión de las actividades del ACNUR en la vida de las personas beneficiarias.

Los asociados en la ejecución emplean instrumentos de planificación y elaboración de informes que he creado e integran en los proyectos indicadores de impacto y sensibilidad en materia de género para lograr un cambio transformador en la vida de las personas beneficiarias. Estoy muy orgullosa de mi contribución, ya que los asociados del ACNUR se han hecho cargo de estos instrumentos, los utilizan y han mejorado la calidad de sus servicios. --Yvette Ndaya, Voluntaria ONU y Asistente de Seguimiento y Evaluación de proyectos con el ACNUR, RDC

Yvette es la única Voluntaria ONU de su dependencia. Gracias a su compromiso y a la labor de su equipo, la vida de muchas personas beneficiarias ha cambiado. De hecho, muchas de ellas han recibido el apoyo de las actividades del proyecto, que les han permitido comprar parcelas de tierra y ser autosuficientes.

Según Yvette, su misión como VNU le ha permitido conocer los problemas reales de las comunidades afectadas por los conflictos armados y las respuestas adecuadas para resolver sus problemas.

“Recuerdo que una vez, durante una misión sobre el terreno en Masisi, en Kivu del Norte, estaba realizando un seguimiento de los desplazados internos a los que se ayudaba con concesiones de tierras para que pudieran abandonar el campo y asentarse. Así, uno de los instrumentos de presentación de informes que creé me permitió corregir errores sobre el terreno en cuanto al tamaño de las parcelas concedidas a los retornados. Se llevaron a cabo las correcciones, y las personas beneficiarias obtuvieron tierras ligeramente más grandes de lo esperado”, manifiesta.

En Kivu del Norte, Nadine El Homsi es una Voluntaria ONU de 38 años que dejó su Líbano natal para aportar su experiencia a la MONUSCO desde 2020. Es Licenciada en Psicología y tiene un título superior en información, comunicación y relaciones públicas.

Nadine está escribiendo su tesis sobre el papel de la comunicación en la protección de la infancia en la RDC. Es una experimentada agente humanitaria que ayudó a la oficina de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Beirut a coordinar las actividades humanitarias durante la guerra del Líbano. 

Desde el Líbano hasta Beni, en Kivu del Norte, lugar al que llegó durante el brote de COVID-19, esta Voluntaria ONU ha desafiado todos los pronósticos. Como Oficial de Administración y Comunicaciones, actualmente trabaja sin descanso para aportar esperanza y construir un futuro para los niños afectados por los conflictos desenfrenados de la región. Su labor comprende la integración de antiguos niños soldados y la construcción de su futuro a través del Proyecto de Protección Infantil para la Reducción de la Violencia Comunitaria.

Esta fue mi primera misión fuera de Oriente Medio y mi primera vez en África. Estaba emocionada por embarcarme en una nueva aventura en otro continente, y no sabía qué sorpresas me esperaban. Sin embargo, mi deseo de contribuir a la paz me motivó. --Nadine El Homsi, Voluntaria ONU con la MONUSCO, RDC

El compromiso de Nadine ha tenido una repercusión significativa en la vida de los niños del este de la RDC. Facilita la formación, la creación de capacidades y lleva a cabo actividades de sensibilización sobre las seis violaciones graves cometidas contra los niños en la RDC. Además, lleva a cabo actividades de promoción y detección de niños desplazados por la guerra y los conflictos, desarrolla estrategias con los asociados y elabora planes estratégicos de divulgación. 

Existen más de 419 Voluntarios ONU sobre el terreno en la RDC, los cuales colaboran con la MONUSCO y con organismos de las Naciones Unidas como el ACNUR en programas de mantenimiento de la paz, estabilización y protección de los refugiados y los desplazados internos. Yvette y Nadine son algunas de las voluntarias que trabajan de manera incansable para garantizar que los refugiados reciban un trato justo y que los proyectos de reasentamiento y asistencia a los refugiados se lleven a cabo de manera satisfactoria.