El programa VNU en Bolivia movilizó en el año 2010 a 108 Voluntarios de las Naciones Unidas, que han colaborado con prácticamente la totalidad de las agencias y en programas de temáticas muy diversas. Para Yoriko Yasukawa, Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Bolivia, el voluntariado permite llevar la cooperación hasta el nivel de la comunidad.
El programa VNU en Bolivia movilizó en el año 2010 a 108 Voluntarios de las Naciones Unidas, 88 nacionales y 20 internacionales, que han colaborado con prácticamente la totalidad de las agencias del sistema de Naciones Unidas, en programas de temáticas muy diversas y en casi todo el territorio nacional, mostrando la envergadura y diversidad del impacto del voluntariado.
Un amplio reportaje publicado en la edición de enero de la revista Inspira repasa el aporte del voluntariado en favor de la paz y el desarrollo en Bolivia y la importante labor que llevan a cabo los Voluntarios de las Naciones Unidas.
Yoriko Yasukawa, Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Bolivia, habla de la importancia del voluntariado de Naciones Unidas y de cómo éste supone darle una cara humana a nuestra cooperación. Para ella, el voluntariado permite llevar la cooperación del sistema de Naciones Unidas hasta el nivel de la comunidad.
El contacto permanente que establecen los voluntarios con las comunidades beneficiarias les permite conocer de manera más cercana sus necesidades, sus visiones y culturas, y transmitirlas luego a los niveles más institucionales de las Naciones Unidas.
Estos aprendizajes ayudan a que los programas de la cooperación puedan ajustarse más a las realidades y aterrizar mejor, afirma Yoriko Yasukawa.
La capacidad y adaptación de los Voluntarios de Naciones Unidas para trabajar y vivir en las comunidades, apoyándolas en tareas fundamentales para poder vivir dignamente, permiten forjar un camino de trabajo conjunto, de construcción de solidaridad y de lucha por una vida digna.
El voluntariado es muy importante para ir construyendo desde las comunidades una cultura de solidaridad entre los voluntarios y la gente con quienes ellos colaboran, señala la Coordinadora Residente.
La Sra. Yasukawa recomienda valorar el espíritu voluntario en general, ya que es ahora más que nunca cuando se necesita la participación ciudadana, particularmente la de los jóvenes, quienes cuentan con la capacidad de ver un país y un mundo distinto. Toda esta energía tiene que ser movilizada para concretar estos planteamientos de cambio, destaca la Sra. Yasukawa.
Yo creo que este proceso de cambio es una oportunidad para impulsar y fortalecer el espíritu que estamos queriendo promover en el programa de voluntariado, que es el de solidaridad y de comprensión mutua entre personas y comunidades distintas, añade.
Por ello es fundamental contar con políticas, marcos institucionales y organizaciones que fomenten e impulsen el trabajo contributivo de voluntarios y voluntarias en el desarrollo humano del país.
Este año 2011 se conmemora el décimo aniversario del Año Internacional de los Voluntarios (AIV+10) en todo el mundo, celebración cuyo objetivo es poner de manifiesto la diversidad, amplitud y alcance del voluntariado, así como reconocer y promover el voluntariado y movilizar a un número cada vez mayor de voluntarios.
Esta es una ocasión más para reconocer y destacar el compromiso y dedicación de los Voluntarios de Naciones Unidas en Bolivia, que con su labor a favor de la paz y el desarrollo contribuyen a hacer avanzar al país y a sus comunidades hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.